Madres inmigrantes, organizaciones de la comunidad y la pobreza
Por Dina Okamoto y Valerie Feldman, UC Davis; y Melanie Jones Gast, DePaul University

Organizaciones de Base Comunitario (OBC) sirven a inmigrantes de bajos ingresos quienes pueden afrentarse con obstáculos grandes en conseguir ayuda pública. Una proporción creciente de estas poblaciones incluye a familias con hijos que viven en pobreza. En una investigación en curso, encontramos que madres inmigrantes de Latinoamérica con altos niveles de pobreza dependen de OBCs para cubrir sus necesidades diversas. 

Inmigrantes latinoamericanos son la población de mayor crecimiento en los Estados Unidos. Mientras la población en general de individuos que nacieron en el extranjero cuadriplicó entre 1970-2000, la población de mexicanos y centroamericanos se duplicó cada década para totalizar una multiplicación de veinte.[1] Una proporción creciente de la población incluye a familias con hijos que viven en la pobreza. 

Datos Claves

  • Madres inmigrantes son atraídas a OBCs por recursos materiales, como pases mensuales para el autobús, mochilas y zapatos para sus niños, y también asistencia directa con la vivienda. 
  • Sesiones informativas y talleres ayudan a convertir a madres inmigrantes en ciudadanas empoderadas y en una plataforma de información para sus comunidades. 
  • Como las madres están necesitadas de asistencia pero son precavidas en recibir asistencia del gobierno, ellas buscan a OBCs para suplir sus diversas necesidades. Esto señala la necesidad por más financiación pública para programación y divulgación, especialmente para OBCs que tienen la capacidad del lenguaje para servir a poblaciones de inmigrantes.  

Los inmigrantes recién llegados tienen niveles relativamente bajos de educación y dominio del inglés. Muchos son indocumentados y es improbable que tengan familia cercana. Estos factores posan obstáculos significativos a sistemas que promueven la movilidad social. 
OBCs facilitan acceso a la educación, vivienda y empleo. Típicamente apoyada por una combinación de asistencia pública e ingresos del sector privado, OBCs se han convertido en una fuente importante de apoyo para comunidades de bajos recursos que son marginados por sistemas de asistencia pública.[2] 

Estos servicios son particularmente importantes porque estos inmigrantes enfrentan barreras de elegibilidad en la asistencia pública por el entorno actual de la política federal. Entendiendo como madres latinas perciben el papel de OBCs y como usan sus servicios nos ayudará a entender como estas organizaciones específicamente impactan a familias inmigrantes de bajos recursos. 

Demográficos de la comunidad 

En este estudio, realizamos entrevistas en español con 28 madres inmigrantes latinas quienes participaron en los programas basados en San Francisco Adelante Familia (AF) y Padres Unidos (PA) en 2011 y 2012.[3] Las madres fueron preguntadas sobre sus experiencias de migración y adaptación, también las percepciones y experiencias con OBCs y como usaron OBCs para hacer la  transición fuera de la pobreza. La investigación incluye aproximadamente 200 horas de trabajo en campo en reuniones mensuales y talleres realizados por los programas de OBCs. 

Ambos AF y PA son programas chicos y tienen un miembro de tiempo completo y varios voluntarios. Les proveen servicios directos, recursos materiales y defensa a familias inmigrantes de bajos recursos. También ellos animan a sus participantes a organizar comunitariamente sobre cuestiones relacionadas con vivienda asequible, desarrollo comunitario, derechos para inmigrantes y la seguridad vecindario. Estos programas están localizados en los vecindarios Tenderloin y South of Market en San Francisco, cuyas poblaciones son étnicamente diversas y tienen el nivel de pobreza más alta en el condado de 28 y 22 por ciento, respectivamente, comparado a un ocho por ciento de pobreza nacional. Estos vecindarios son destinaciones para familias inmigrantes recién llegadas y en la pobreza. En muchas maneras, lo que aprendemos de estos programas puede ser útil en entender las dinámicas en otros lugares. 

La mayoría de las madres latinas eran indocumentadas y tenían niveles bajos de educación y recursos económicos mientras criaban a dos o tres niños de edad escolar. A pesar de que muchas de las madres eran precavidas en recibir asistencia pública, más de tres cuartos de las mujeres han usado estampillas para alimentos, Medi-Cal o Healthy Kids en un momento para sustentar a las necesidades de sus hijos.[3] 

El promedio del ingreso familiar, que fue ganado por uno o más trabajos inestables a tiempo parcial fue aproximadamente $1,800, que quedó corto $2,150 del promedio de sus gastos mensuales. Muchas de las madres latinas luchan regularmente para ganar lo suficiente para vivir por causa del costo alto de alquilar y vivir que ha impuesto limitaciones significativas. Las mujeres han citado otros limitados de conseguir movilidad económica y acceso a los sistemas públicos de asistencia, incluyendo la deficiencia en el manejo del inglés, la asolación de redes de amigos y familia, su estado migratorio como indocumentado, discriminación racial, problemas crónicas de la salud y violencia domestica. 

El impacto de OBCs

Más de tres cuartas de las mujeres en esta investigación han vivido en los Estados Unidos por seis años o más, pero la mayoría han recientemente recibido asistencia de los programas OBC. La mayoría habían escuchado de AF y PU por conocidos, vecinos o desconocidos. Las mujeres fueron atraídas al programa por los recursos materiales ofrecidos a los niños, como pases mensuales para el autobús gratis, mochilas y zapatos y también asistencia directa con la vivienda. 

OBCs ofrecen un espacio seguro y de confidencia donde muchas de las madres se sienten confortables hablando y compartiendo de experiencias. Las madres comenzaron a ver a OBCs como un espacio que no era asociado con el temor del gobierno. Susana, una madre de dos en la mitad de sus treinta años explicó: “Ellos han proveído un espacio donde la gente nos escucha. Todos los días ellos hacen la vida más fácil para nosotros.”

Madres latinas también recibieron información de OBCs por medio de talleres y programas del desarrollo de liderazgo mensuales y semanales en español. Para Ilana, obteniendo información de derechos de inmigrantes la ayudó a sentirse empoderada y parte de una comunidad de inmigrantes: “Es bueno saber de los derechos que tenemos como inmigrantes…Sabemos como hablar y también sabemos que es lo bueno para nuestros niños.” 

Además,  OBCs combaten el estigma posible de recibir apoyo público por medio de ofrecer mecanismos para que los participantes den algo en cambio. Algunas de las mujeres en esta investigación hablaron de la experiencia de hacer trabajo voluntario para la organización, o participar de campañas dirigidas por la organización para “dar algo a cambio” por campañas que luchan contra medidas de la ciudad o financiación pública para OBCs locales. 

Las limitaciones de OBCs

Aunque OBCs proveen una variedad de recursos e información, no pudieron cumplir todas necesidades. Las madres notaron que la información relacionada a leyes locales que les fue dada por OBCs era menos interesante o útil comparado a cuestiones que directamente influyen su habilidad de navegar sus vidas cotidianas. Otras madres expresaron su desaliento frente a los programas y talleres educativos que terminaron por la falta de recursos financieros, y querían más talleres porque los ayudaba como padres a desarrollar habilidades útiles. Muchas de las madres pidieron clases para la alfabetización informática, habilidades lingüísticas en el inglés y como obtener su ciudadanía americana. 

Adicionalmente, las madres tenían quejas sobre la disponibilidad y limitaciones de OBC funcionarios por causa de barreras de lenguaje. Aunque una parte de los funcionarios y voluntarios manejaban el español e inglés, muchos sintieron que se necesitaban más funcionarios bilingües y que la calidad de la traducción de los funcionarios tenía carencias. 

Conclusiones

Esta investigación encontró que OBCs suplieron estas necesidades por medio de:

1. administrando servicios directos y recursos en la forma de viviendas y recursos de asistencia
2. dando traducciones en lenguajes nativos
3. construyendo un espacio de bienvenida y confidencial para inmigrantes, independientemente de estado migratorio
4. empoderando madres por medio de desarrollando habilidades y esfuerzos voluntarios 
5. trabajando en representación de inmigrantes y comunidades de bajos recursos en campañas cívicas y políticas. 

Estos resultados muestran la importancia de mantener y de seguir desarrollando la infraestructura del sector sin fines de lucro que puede ofrecer servicios y recursos para áreas locales con diversas necesidades de lenguaje, económico y social. También señala la necesidad para aumentar la ayuda pública a OBCs para expandir el servicio de capacidad y esfuerzos de divulgación, especialmente para los que tienen aptitudes lingüísticas para servir las necesidades de la población inmigrantes. 

Dina Okamoto es una profesora de sociología en UC Davis.

Valerie Feldman es una candidata de Ph.D. en sociología en UC Davis.

Melanie Jones Gast es una profesora asistente de sociología en la DePaul University.

 

[1] Brick, Kate, A.E. Cahallinor, and Marc. R. Rosenblum. 2011. Mexican and Central American Immigration in the United States. Washington, DC, Migration Policy Institute.

[2] Fix, Michael E. 2009. Immigrants and Welfare: The Impact of Welfare Reform on America’s Newcomers. New York: Russell Sage Foundation.

[3] Los nombres de las organizaciones y de las madres referenciadas en este informe son seudónimos.

[4] Las madres calificaban para programas públicas del estado como CalWORKS, CalFresh cupones para alimentos y Medi-Cal, porque tenían hijos menores de 18 que nacieron en los Estados Unidos. Solo tres de las madres usaban CalWORKS, la mitad usaban cupones para alimentos y la mayoría usaban Medi-Cal o Healthy Kids para sus hijos. Healthy Kids y Healthy San Francisco son programes de salud basadas en la cuidad para residentes de bajos recursos y sin seguranza que no tienen en cuenta el estado migratorio. 

[5] El personal era limitado en número en cada OBC y muchas veces no estaban en la oficina porque estaban en juntas en el ayuntamiento, en otras OBC’s o haciendo trabajo en los vecindarios..